martes, 12 de mayo de 2009

Jose Artigas-Sus Primeros Pasos

Hijo de Martín José Artigas Carrasco y de Francisca Antonia Arnal Rodríguez, según la partida que luce al folio 209 del Libro Primero de Bautismos de la Catedral de Montevideo. Su abuelo, Juan Antonio Artigas Ordobas y su abuela Ignacia Xaviera Carrasco y Melo-Coutiño, habían sido de los primeros pobladores de la ciudad. Formaba parte de una de las familias más acaudaladas de Montevideo. Su padre era propietario de campos y fue el primer Capitán de Milicias, desempeñando el cargo de Oficial Real.
Fue el tercer hijo de los seis que tuvieron sus padres. Sus hermanos fueron: Martina Antonia, José Nicolás, Manuel Francisco, Pedro Angel y Cornelio Cipriano. Los dos últimos fallecieron antes de 1806.
Ocho años después de su bautismo, José Artigas, junto con varios de sus hermanos y su propio padre, recibió el sacramento de la confirmación, el 24 de diciembre de 1772, en la estanzuela de don Melchor de Viana, siendo padrinos éste y su esposa, doña Rita Pérez.
Artigas pasó estos primeros años en la ciudad y en la chacra de su padre, ubicada junto al arroyo Carrasco. Recibió en su niñez la mejor educación que en la época se podía dar en su ciudad, la cual consistía en la enseñanza primaria, impartida por los padres franciscanos del convento de San Bernardino.
Según consignó en sus memorias el General Nicolás de Vedia, prefirió dedicarse a las tareas rurales. A los doce años se trasladó al campo, en tierras pertenecientes a su familia. Observando a los habitantes del lugar -entre ellos, los gauchos- se hizo ágil en el manejo de las armas y del caballo.

lunes, 11 de mayo de 2009

Los principios de un futuro revolucionario

En 1778 su nombre aparece registrado al ingresar en la Cofradía del Santísimo Rosario. Luego se abre una época indocumentada en la vida del héroe, de la que apenas se poseen algunas noticias. En sus "Apuntes biográficos sobre don José Artigas", el citado general Vedia, expresa:
Don José Artigas era un muchacho travieso e inquieto y propuesto a sólo usar de su voluntad; sus padres tenían establecimientos de campaña y de uno de estos desapareció a la edad como de 14 años y ya no paraba en sus estancias, sino una que otra vez, ocultándose a la vista de sus padres. Correr alegremente los campos, changuear y comprar en éstos ganados mayores y caballadas, para irlos a vender a la frontera del Brasil portugues, algunas veces contrabandear cueros secos, y siempre haciendo la primera figura entre los muchos compañeros, eran sus entretenimientos habituales".La documentación glosada prueba que Artigas, como hijo de su tiempo, como morador de la pradera oriental, participó en faenas clandestinas y en el trajín del contrabando, en la zona norte de la Banda Oriental, durante los años de su mocedad. Vuelve Vedia a mencionarlo en sus "Apuntes”:
"Se habían pasado cosa de dieciséis a dieciocho años, cuando después abrazó su carrera de vida suelta, lo vi por primera vez en una estancia, a orillas del Bacacay, circundado de muchos mozos alucinados que acababan de llegar con una crecida porción de animales a vender. Esto fue a principios del año 93, en la estancia de un hacendado rico, llamado el capitán Sebastián".La historia clásica del período de la "reivindicación", negó siempre el aserto, aduciendo, por lo menos, inocuidad de las probanzas. Lorenzo Barbagelata, por ejemplo, la vincula a las acusaciones, interesadas y falsarias, del libelo de Cavia. Eduardo Acevedo, aunque explica largamente el carácter del contrabando como "ley de la época" y cita la unánime opinión al respecto de historiadores del más diverso origen, concluye preguntándose donde están las pruebas de que el Jefe de los Orientales haya sido contrabandista. De todas maneras considerando el contexto histórico, no debería despreciarse la hipótesis de que, siendo una persona de campo, actuara en contra de los intereses de la Corona cometiendo oportunamente alguna forma de abigeato. Era en esas épocas una forma de defender los intereses de la familia de los elevados impuestos y un connato de la rebeldía que demostraría más tarde contra el régimen realista.
Artigas pasó las primeras décadas de su vida trabajando primero en sus estancias en la campaña oriental y luego como militar en el cuerpo de Blandengues, en estrecho contacto con los gauchos e indiosTambién se relacionó con los aborígenes charrúas de manera intensa. Según diversos investigadores —entre los que se destaca Carlos Maggi, que expone esta afirmación en su libro El Caciquillo— durante el período que va desde su adolescencia hasta su ingreso en el cuerpo de Blandengues, período en el cual no aparecen referencias en los registros de la época, Artigas habría vivido con los charrúas, llegando a tener mujer e hijo dentro de esa nación. Su vida se habría desarrollado al norte del Río Negro, en las Misiones Orientales, Río Grande del Sur y Santa Catarina.
A los treinta y tres años, en 1797, amparándose en una amnistía para quienes no tuvieran delitos de sangre, ingresó como soldado raso al recién creado cuerpo de Blandengues de Montevideo, una milicia especialmente autorizada por el rey en el Virreinato del Río de la Plata, que tenía como fin de proteger las fronteras. En esta función, Artigas participó del control de los avances portugueses en la frontera norte y en la lucha contra el contrabando y el pillaje.
Poco antes de finalizar el siglo XVIII, Artigas se encontró en la frontera con el Brasil, con un afro-montevideano que había sido capturado por los portugueses y reducido a la esclavitud. Decidió entonces comprarlo para darle la libertad. Desde entonces Joaquín Lenzina, más conocido como «el negro Ansina», acompañaría a Artigas durante el resto de su vida, convirtiéndose en su mejor amigo, su camarada de armas y su cronista.

viernes, 8 de mayo de 2009

De 1810 a 1820

En 1808 Napoleón aprovechó las disputas por el trono entre el rey español Carlos IV y su hijo, el futuro Fernando VII, para intervenir en el Imperio Español e imponer las llamadas «abdicaciones de Bayona», por las cuales ambos renunciaron sucesivamente al trono de España en favor de José Bonaparte, luego de lo cual Fernando quedó cautivo.
Pero la intervención francesa desencadenó un levantamiento popular conocido como Guerra de la Independencia Española (1808-1814) que trajo incertidumbre sobre cuál era la autoridad efectiva que gobernaba España.
Ante la ausencia de una autoridad cierta en España y el cautiverio de Fernando VII, los pueblos hispanoamericanos, bajo la dirección de los criollos, comenzaron una serie de insurrecciones desconociendo a las autoridades coloniales. La primera insurrección se produjo el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Chuquisaca, en el Virreinato del Río de la Plata, a la que le siguieron levantamientos en todo el continente para formar juntas de autogobierno, dando origen a la Guerra de Independencia Hispanoamericana.
El 25 de mayo de 1810 el pueblo de Buenos Aires depuso al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, cabeza del Virreinato del Río de la Plata y eligió una junta para reemplazarlo, dando inicio a la Revolución de Mayo.
Inmediatamente, el poder español instaló su sede en Montevideo, importante puerto competidor del de Buenos Aires, y reclamó al Consejo de Regencia español el envío de un nuevo virrey, tropas y armas para reprimir el levantamiento.
Ese mismo año, Artigas, quien por entonces permanecía en las tropas virreinales, fue enviado a cEntre Ríos como comandante de un contingente militar colonial, en un intento de recuperar para España los cinco pueblos entrerrianos insurrectos, pero resultó derrotado por los caudillos locales.
En enero de 1811 llegó a Montevideo el nuevo virrey, Francisco Javier de Elío. La Junta de Buenos Aires desconoció su autoridad y le declaró la guerra el 13 de febrero.
El ala radicalizada de la revolución de Buenos Aires había puesto sus ojos en Artigas. Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta, escribió en agosto de 1810, en su Plan Revolucionario de Operaciones, lo siguiente:
Sería muy del caso atraerse a dos sujetos por cualquier interés y promesas, así por sus conocimientos, que nos consta son muy extensos en la campaña, como por sus talentos, opiniones, concepto y respeto; como son los del Capitán de Dragones don José Rondeau y los del Capitán de Blandengues don José Artigas; quienes, puesta la campaña en este tono y concediéndoles facultades amplias, concesiones, gracias y prerrogativas, harán en poco tiempo progresos tan rápidos, que antes de seis meses podría tratarse de formalizar el sitio de la plaza.El capitán Artigas desertó del Cuerpo de Blandengues en Colonia del Sacramento y se trasladó a Buenos Aires para ofrecer sus servicios militares al gobierno revolucionario, que le dio el grado de teniente coronel, 150 hombres y 200 pesos para iniciar el levantamiento de la Banda Oriental contra el poder español.
Los pueblos de la América española luchaban por su libertad y Artigas quería defender esas ideas en la Banda Oriental. A principios de abril regresó a su patria con unos 180 hombres. El 11 de abril emitió la Proclama de Mercedes, asumió el mando de la revolución en la Banda Oriental y el 18 de mayo derrotó a los españoles en la Batalla de Las Piedras. Luego inició el sitio de Montevideo y fue aclamado «Primer Jefe de los Orientales».
En 1812 logró convocar a un Congreso Nacional en Maroñas y allí proclamó la Provincia Oriental con gobierno federal, como o a seguir por las demás Provincias Unidas del Río de la Plata.
En las filas artiguistas participaron personajes y caudillos tan importantes para la posterior historia uruguaya como Dámaso Antonio Larrañaga, Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe, Fernando Otorgués, Fructuoso Rivera y Pablo Zufriategui.

jueves, 7 de mayo de 2009

El Exodo Del Pueblo Oriental


Como consecuencia del armisticio firmado con el virrey Elío por la Junta de Buenos Aires, las tropas enviadas a la Banda Oriental debieron abandonar dicho territorio, levantando el sitio de Montevideo. Artigas fue nombrado «Teniente Gobernador, Justicia Mayor y Capitán del Departamento de Yapeyú», entonces en las Misiones argentinas.
Artigas, disgustado por el armisticio y ante la evacuación de las tropas porteñas, cumplió con su nuevo cargo trasladándose al territorio misionero, por lo que decidió pasar con sus seguidores a la orilla occidental del río Uruguay, hecho conocido como el éxodo oriental. Cruzó el río Uruguay con mil carretas y unas 16.000 personas con sus ganados y pertenencias, en la primera semana de enero de 1812, instalando su campamento cerca del arroyo Ayuí Grande, pocos kilómetros al norte de la actual ciudad entrerriana de Concordia, entonces perteneciente a la Provincia de Misiones.
Allí se estableció en un enorme campamento, desde el cual organizó un gobierno sui generis sobre el territorio que sus hombres alcanzaban a controlar. Mantuvo correspondencia con pequeños caudillos locales de las provincias de Entre Ríos y Corrientes, con lo que aumentó el círculo de los que compartían sus ideas y que serían base de su futura influencia en el Litoral argentino.
A principios de 1812, roto el armisticio con la retirada de Elío, las tropas de Buenos Aires reanudaron el sitio de Montevideo. Pero el jefe político de las mismas, Manuel de Sarratea, hizo todo lo posible para debilitar las fuerzas de Artigas, lo que llevó a un enojoso conflicto con el caudillo. Sólo después de la retirada de Sarratea, Artigas se unió al sitio de Montevideo con sus tropas.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Asamblea del año XIII



En el campamento de Artigas fueron electos los diputados orientales que debían concurrir a la Asamblea General Constituyente del año 1813 a celebrarse en Buenos Aires. Artigas le dio instrucciones a sus diputados, las que fueron dictadas el 13 de abril de 1813.
Básicamente, Artigas reclamaba:
Independencia de las provincias del poder español. Igualdad de las provincias a través de un pacto recíproco. Libertad civil y religiosa. Organización de los poderes como un gobierno republicano. Federalismo, con un gobierno supremo que entendendiera solamente en los negocios generales del Estado, y confederación referida a la protección que se debían las provincias entre sí. Soberanía de la Provincia Oriental sobre los siete pueblos de las Misiones Orientales. Ubicación del gobierno federal fuera de Buenos Aires. Los diplomas de los diputados orientales fueron rechazados por la Asamblea, usando como argumento legal la nulidad de su elección porque se realizó en un campamento militar y además porque Artigas les había impartido instrucciones, a pesar de que la Asamblea se había declarado soberana.
A continuación, el general José Rondeau hizo reunir un segundo congreso, que eligió nuevos diputados a la Asamblea, en una capilla junto a su propio campamento, cuidando de elegir a diputados contrarios a la influencia de Artigas.
Ante este atropello a la voluntad popular, Artigas abandonó el sitio de Montevideo a mediados de enero de 1814. Se dirigió a la costa del río Uruguay, desde donde sus partidarios lanzaron una serie de campañas para controlar el interior de la Banda Oriental y la Provincia de Entre Ríos. La expedición enviada desde Paraná para enfrentarlo fue derrotada en Entre Ríos por su lugarteniente Eusebio Hereñú.
Tras el retiro de Artigas del sitio de Montevideo, el unitario Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Gervasio Antonio Posadas, firmó un decreto el 11 de febrero de 1814, declarando a Artigas «traidor a la Patria».
Art.1 - Se declara a don José Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la Ley y enemigo de la Patria.
Art. 2 - Como traidor a la Patria será perseguido y muerto en caso de resistencia.Art. 3 - Es un deber de todos los pueblos y las justicias, de los comandantes militares y de los ciudadanos de las Provincias Unidas perseguir al traidor por todos los medios posibles. Cualquier auxilio que se le dé voluntariamente será considerado como crimen de alta traición.
Se recompensará con seis mil pesos a los que entreguen la persona de don José Artigas vivo o muerto.

martes, 5 de mayo de 2009

la liga federal



En 1814 organizó la Liga de los Pueblos Libres, de la que fue declarado Protector. Al año siguiente liberó Montevideo del control de los unitarios aliados de Buenos Aires.
Tras varios meses de enfrentamientos militares entre el Directorio, en una guerra civil desarrollada en Corrientes, Entre Ríos y la Provincia Oriental, la victoria de Fructuoso Rivera en la batalla de Guayabos en enero de 1815, obligó al Director Carlos María de Alvear a evacuar Montevideo, entregándola al segundo de Artigas, Fernando Otorgués.
Alvear, decidido a gobernar sobre las provincias argentinas sin oposición, ofreció a Artigas la independencia de la Provincia Oriental. Artigas la rechazó y ayudó a los federales de Corrientes y Santa Fe a sacudirse la tutela del Directorio.
Las victorias de Artigas facilitaron la revolución que determinó la caída de Alvear en abril de ese año. Pero las relaciones con su sucesor, Ignacio Álvarez Thomas, siguieron siendo tirantes y violentas. No obstante, éste no intentó volver a someter a su gobierno a la Provincia Oriental.
En mayo de 1815, Artigas instaló su campamento en Purificación, unos cien kilómetros al norte de la ciudad de Paysandú, cerca de la desembocadura del arroyo Hervidero, que desagua en el río Uruguay, y a unos siete kilómetros de la llamada Meseta de Artigas. Purificación habría de transformarse en la capital de hecho de la Liga Federal. El comerciante escocés John Parish Robertson, que lo visitara en aquel entonces, describió así el sitio:
Tenía alrededor de 1.500 seguidores andrajosos en su campamento que actuaban en la doble capacidad de infantes y jinetes. Eran indios principalmente sacados de los decaídos establecimientos jesuíticos, admirables jinetes y endurecidos en toda clase de privaciones y fatigas. Las lomas y fértiles llanuras de la Banda Oriental y Entre Ríos suministraban abundante pasto para sus caballos, y numerosos ganados para alimentarse. Poco más necesitaban. Chaquetilla y un poncho ceñido en la cintura a modo de kilt escocés, mientras otro colgaba de sus hombros, completaban con el gorro de fajina y un par de botas de potro, grandes espuelas, sable, trabuco y cuchillo, el atavío artigueño. Su campamento lo formaban filas de toldos de cuero y ranchos de barro; y éstos, con una media docena de casuchas de mejor aspecto, constituían lo que se llamaba Villa de la Purificación.[13]El 29 de junio de 1815 se reunió en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el «Congreso de los Pueblos Libres» llamado Congreso de Oriente. Fue convocado por Artigas para «tratar la organización política de los Pueblos Libres, el comercio interprovincial y con el extranjero, el papel de las comunidades indígenas en la economía de la confederación, la política agraria y la posibilidad de extender la Confederación al resto del ex-Virreinato del Río de la Plata». En este congreso, las provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Santa Fe y la Provincia Oriental se declararon independientes «de todo poder extranjero», al tiempo que se invitó a las demás Provincias Unidas del Río de la Plata a sumarse a un sistema federal, ya que dicha declaración de independencia no era una declaración separatista del Río de la Plata. A la Liga Federal liderada por José Gervasio Artigas estuvieron a punto de sumarse las provincias de Santiago del Estero y La Rioja aunque en ambas al final vencieron las tropas directoriales.
Envió una delegación a Buenos Aires con la premisa de mantener la unidad en base a los principios de: «La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad federal de todos los pueblos e independencia no solo de España sino de todo poder extranjero (...)». Los cuatro delegados fueron detenidos en Buenos Aires, y el nuevo Director ordenó invadir Santa Fe.
Artigas ratificó entonces el uso de la bandera creada por Manuel Belgrano, añadiéndole un festón diagonal punzó, siendo el rojo punzó desde entonces el signo del federalismo en Argentina. Artigas la llamó «el Pabellón de la Libertad».
Este congreso sancionó el 10 de septiembre de 1815 un Reglamento para el fomento de la campaña, que fue la primera reforma agraria de América Latina, ya que expropiaba las tierras y las repartía entre los que la trabajaban «con la prevención que los más infelices sean los más privilegiados».

lunes, 4 de mayo de 2009

Su conflicto con Ramirez

Casi al mismo tiempo, los integrantes de la Liga Federal, Francisco Ramírez, gobernador de Entre Ríos, y Estanislao López, gobernador de Santa Fe, lograron finalmente la victoria sobre los unitarios. La Batalla de Cepeda forzó la caída del Directorio. Pero la esperanza duró poco, ya que ambos caudillos, al saber del casi aniquilamiento de las tropas de Artigas, entraron en acuerdos con el nuevo gobernador porteño, Manuel de Sarratea, firmando con él el Tratado del Pilar. Aunque tal tratado consideraba pedir su aprobación a Artigas, el héroe oriental se consideró afrentado al no haber sido consultado por los suscriptores del tratado.
Después de la batalla de Tacuarembó, Artigas se instaló en Entre Ríos, donde entró en serios conflictos con Francisco Ramírez, quien no aceptó la hegemonía del caudillo oriental en su provincia. Con apoyo del gobierno porteño, Ramírez inició una campaña contra Artigas. Fue derrotado en una pequeña batalla, pero logró derrotarlo en la batalla de Las Tunas, prácticamente en el centro de Entre Ríos.
Ramírez persiguió a Artigas hacia Corrientes, donde éste contó aún con el apoyo del jefe guaraní Francisco Javier Sití. Pero la victoria fue, en definitiva, para Ramírez.

domingo, 3 de mayo de 2009

Exilio y muerte


Rodeado por todos lados por los lugartenientes de Ramírez y viendo su causa definitivamente perdida, el 5 de septiembre de 1820, Artigas cruzó el río Paraná hacia el exilio en Paraguay, dejando atrás su patria y su familia.
Artigas en su ancianidad, por Alfred Demersey. Es el único retrato auténtico del general, aunque muy posterior a su actuación pública. Posiblemente en éste se inspiró Blanes para sus retratos de Artigas.El dictador paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia le dio refugio, pero cuidó que no conservara ninguna influencia política, ni mantuviera correspondencia con nadie fuera del Paraguay. Su único acompañante durante el resto de su vida fue el negro Ansina.
La campaña de los Treinta y Tres Orientales inició la liberación de su provincia del Imperio del Brasil en 1825. Pero la complicada guerra del Brasil y las intromisiones diplomáticas de Gran Bretaña, sumada a las sucesivas desilusiones de los orientales con los gobiernos porteños, llevaron a la independencia del Estado Oriental del Uruguay en 1828, en la cual Artigas nunca participó.
Confinado a la lejana e inóspita Villa de San Isidro Labrador de Curuguaty, allí vivió cultivando la tierra hasta la muerte de Gaspar Rodríguez de Francia y no causó problema alguno a las autoridades paraguayas. No obstante, por mera precaución, fue arrestado algunas semanas después de la muerte del dictador Rodríguez de Francia, ocurrida el (20 de septiembre de 1840). El nuevo gobierno de Carlos Antonio López, primer Presidente Constitucional del Paraguay lo trasladó a Asunción, donde disfrutó de su plácida ancianidad en el barrio asunceño de Trinidad, residiendo en la propia quinta del Presidente de la República, rodeado del afecto de los paraguayos. Allí falleció, diez años después, el 23 de septiembre de 1850, a los 86 años de edad.

jueves, 23 de abril de 2009

miércoles, 22 de abril de 2009

lunes, 20 de abril de 2009